Si el intento de cerrar un acuerdo extrajudicial ha fracasado, el tribunal de insolvencia decide sobre la apertura del procedimiento de insolvencia del consumidor.
La insolvencia del consumidor es un procedimiento simplificado. Es apto para todos los deudores que no trabajan o no hayan trabajado de forma autónoma (§ 304 InsO). Eso incluye las siguientes personas: Parados, receptores de asistencia social (Sozialhilfeempfänger), estudiantes, aprendices, empleados y jubilados.
Si el deudor ha trabajado de forma autónoma, esta abierto el camino a la insolvencia del consumidor, si tiene en el momento de la apertura de la insolvencia menos de 20 acreedores y no existen deudas pendientes por relaciónes laborales. Deudas por relaciónes laborales incluyen los sueldos no pagados de antiguos empleados, deudas a hacienda por el impuesto sobre el salario (Lohnsteuer) y a la Seguridad Social.
El tribunal de insolvencia comprueba, si se cumplen las exigencias para la apertura.
Las exigencias son las siguientes:
Si las exigencias son cumplidas el tribunal establece la insolvencia del consumidor y le asigna un administrador de insolvencia (Insolvenzverwalter). El administrador compruba si el deudor tiene ganancias y/o bienes embargables. Dichas ganancias son las mensualidades que sobrepasan la suma de actualmente 1.178,59 €. La suma no embargable se aumenta en los sueldos más altos y si el deudor tiene personas a su cargo como su cónyuge o sus hijos. Actualmente son 443,57 € por la primera persona y 247,12 € por la segunda a la quinta persona. Asimismo el deudor tiene el derecho a quedarse con los bienes que son imprescindibles para su vida cotidiana o su empleo.
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